Biodiversidad colombiana
National Geographic dijo una vez que si la biodiversidad de la Tierra fuera un país, podría llamarse Colombia, y no es una hipérbole. El país sudamericano es el más biodiverso del planeta por superficie, y el segundo en general, detrás de Brasil, que es mucho más grande. Lo sorprendente es que una de cada 10 especies de flora y fauna se encuentra en Colombia. ¿A qué se debe esta increíble biodiversidad?
Antes de entrar en el por qué, vale la pena profundizar en las asombrosas cifras. En 2016, Colombia albergaba 56.343 especies (se han descubierto muchas más desde entonces), de las cuales más de 9.000 eran endémicas. Hay más especies de pájaros y orquídeas que en cualquier otra nación, y es el segundo país en número de especies de plantas, anfibios, mariposas y peces de agua dulce; el tercero cuando se trata de palmeras y reptiles; y el cuarto en su diversidad de mamíferos. Colombia es un verdadero paraíso de la biodiversidad, y está clasificado como uno de los 17 países megadiversos por Conservación Internacional.
¿Por qué? La clave está en sus variados ecosistemas. Las seis regiones naturales de Colombia -Andina, Caribe, Pacífico, Orinoquía, Amazonia e Insular- albergan prácticamente todos los tipos de hábitat, desde la selva tropical y el bosque nublado andino hasta las sabanas abiertas y los páramos de gran altitud.
Aunque la mayor biodiversidad se encuentra en la región andina, seguida de cerca por la amazónica, todo el país es extraordinariamente biodiverso. En Colombia, es posible pasar del desierto a la tundra alpina en pocos días, atravesando selvas, ríos y mares. Los Andes se dividen en tres cordilleras en Colombia, y todos esos profundos valles y divisiones han dado lugar a un notable endemismo, ya que nuevas especies evolucionaron de forma aislada.
Una zona que merece la pena destacar es la Sierra Nevada de Santa Marta, una pequeña cordillera costera más antigua que los Andes. Según National Geographic, se trata del ecosistema más insustituible de la Tierra, por su alta concentración de especies endémicas y amenazadas. La cordillera abarca casi todos los tipos de ecosistemas, desde la selva tropical costera hasta la tundra de gran altitud, pasando por el desierto y el matorral hasta el bosque nublado y el páramo.
Es esencialmente un microcosmos de la biodiversidad de la Tierra en una pequeña cordillera. No es de extrañar, pues, que los indígenas que viven en la zona la consideren el corazón del mundo. Y cuando se trata de biodiversidad, quizás se podría decir lo mismo de Colombia.
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